28/05/09

POP ART


IMPRESIONISMO

CUBISMO




















































































































































































































































































































































































































































































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22/05/09

Trampa de sol. 1981. Acrílico sobre lienzo, cartón y madera. 46 x 50 x 7 cm.
San Sebastián. 1986. Acrílico sobre lienzo y papier mache. Dimensiones variables. Colección Alberto Sierra. Medellín.

Movimientos.1982. Acrílico sobre lienzo y alambre. 60 piezas. 20 x 15 x 4 cm c/u.


La edad de oro. 1986. Acrílico sobre lienzo y papier mache. 70 x 70 x 7 cm. Colección Clementina Lepervanche. Caracas. Venezuela.



Juegos en el campanario. 1984. Acrílico sobre cartón. 13 piezas. Dimensiones variables.




Espíritu del sur.1987. Acrílico sobre lienzo y papier maché. 60 x 60 x 12 cm.





Dánae. 1985.Acrílico sobre lienzo y papier maché, grafito y polvo de oro. Dimensiones variables.






La última cena. 1984. Acrílico sobre lienzo y cartón . 8 piezas 150 x 70 x 200 cm







Babilonia.1985. Acrílico sobre lienzo, papier maché, cartón.









Babel.1985. Acrílico sobre lienzo y papier maché. 45 x 30 x 14 cm. Colección Museo de Arte Moderno de Bogotá.




























Nadín Ospina




















Nadín Ospina es un artista pop colombiano, nació en Bogotá en el año de 1960, es reconocido principalmente por elaborar figuras basadas en el arte precolombino con personajes de la cultura popular como Mickey Mouse o Bart Simpson.




















Nadín Ospina dice que su vocación artística fue tardía y todo porque cuando salió del colegio se fue directo a una facultad de Medicina. "Llevaba dos años estudiando y tuve un accidente automovilístico que me obligó a estar un par de meses en recuperación, durante esos días reflexioné mucho y me di cuenta que quería hacer otra cosa de mi vida pero no estaba seguro de lo que quería. Un día una prima que estudiaba Bellas Artes me contó y me entusiasmé tanto que decidí ingresar a la Tadeo y desde allí mi mundo ha sido el arte. Mi recuperación ayudó a encontrar el camino", afirma Nadín.Desde ese momento comenzó su vida artística, 25 años atrás en los que los colores, las texturas, los materiales y la creatividad inundaron su mundo que cuenta con una particular visión, la misma que lo diferencia como artista. Luego llegó la investigación y la producción, buscar un espacio teórico y práctico en el cual refugiar su creación encontrando un mundo ideado por el mismo Andy Warhol y bautizado como Arte Pop.Pero el comienzo fue duro, largas jornadas, toques de puerta, entrevistas con dueños de galerías, críticas desfavorables y muchos desplantes fue la confirmación de que la vida del artista es un camino lleno de dificultades. "Es una lucha tremenda y es difícil levantarse de esos golpes, ser un artista joven implica fragilidad y es allí donde muchos desertan. Diría que sólo el 10% de los artistas que inician son los que logran seguir por el camino del arte. Hay que pelear contra todo".Uno de los principales inconvenientes de los jóvenes artistas es el manejo económico de su trabajo y de las negociaciones que les permiten vivir, pero este problema fue resuelto por Nadín desde hace mucho, cuando se casó con Mireya, una economista que además de completar su corazón se encargó del manejo de las finanzas, la proyección de sus negocios y de ser la madre de Mariana, su hija de 17 años que estudia Cine y Antropología.




















Mari Paz Jaramillo







Mari Paz Jaramillo






María de la Paz Jaramillo nació en Manizales en 1948 y estudió artes en la Universidad de los Andes entre 1968 y 1973.
Dice María de La Paz Jaramillo que Cali es, en su vida, una suerte de lugar de formación definitiva. Como en todas las historias, y en todas las vidas, la geografía que Maripaz traía en el alma, en 1976, al llegar a la capital del Valle, era una combinación de escuela -estudió en la Universidad de los Andes y en Inglaterra-, vida -se dedicó arduamente a trabajar temas sociales en el taller del italiano Giangrandi- y amor; llegó a la Sultana en compañía de su esposo, el arquitecto Benjamín Barney.

Pintora dedicada, recuerda que sus cuadros en ese entonces tenían una carga de tonos planos, rojos sobre blancos, negros sobre rojos, que eran parte de una búsqueda iniciada en Bogotá, en pleno centro de la ciudad por donde divagaban los margínales que ella ya hacía el tema de sus pinturas.En un taller ubicado en " la avenida Belalcázar, a la orilla del río y a la altura del barrio El Peñón', como lo recuerda Juan Gustavo Cobo Borda, María de la Paz Jaramíllo haría extensiva y definitiva esa búsqueda que había iniciado con las prostitutas en Bogotá. Cali en los setenta. "El lugar no podía ser más adecuado", recuerda ella, con sus ojos abriéndose y cerrándose como dos estelas de luz. "Caminaba todas las mañanas, desde la primera vez que llegué hasta el Museo La Tertulia, un epicentro que iría definiendo mi camino".
Entre la agitada actividad de una ciudad que contaba con referentes ya consagrados en el teatro como el caso del Teatro Experimental de Calí (TEC) y Enrique Buenaventura; pintores como Luis Tejada o Pedro Alcántara, y búsquedas en diferentes frentes, como las del cine y el grupo de Andrés Caícedo, Luis Ospína o Carlos Mayolo; el del psicoanálisis con Estanislao Zuleta; o el de la obra gráfica con un asidero determinante en el fotorrealismo y la memorable Documenta del 68, María de la Paz encontraría enun grupo conformado por Ever Astudillo, Óscar Muñoz y el fotógrafo Fernell Franco un espacio definitivo para iniciar una de sus famosas series: la de la salsa."Los lunes eran de Honka Monka, los martes del Séptimo Cielo, los miércoles de El Escondite y los jueves de El Abuelo Pachanguero y así cada día de encuentro que pasaba entre El Café de los Turcos y los bailaderos iba conformando en mí una idea determinante de lo que quería pintar. Las parejas, el color, la música, fueron aclarándome la primera sensación que tuve al llegar a Calí: la exuberancia y lo urbano se iban fusionando, iban hacíendo un todo", ha dicho.Un todo que terminaba los viernes en Juanchíto en que el piano del temíble Ríchíe Ray y la voz del único hombre que cantaba de pie y parecía sentado, Héctor Lavoe, se pegaban a la piel de los rumberos buenos.Así, con la certeza de que aquello que veía era una verdad para su obra, su pintura se fue llenando de color. Dejó de lado los tonos negros y rojos, y su trabajo "se fue llenando de humor", como aclara Cobo Borda. De humor y de desamor, de bailes y fiestas y verbenas: algo que ella hoy llama con humor también, "una especie de pop kitsch latíno amerícano".Quizás uno de los aspectos más interesantes de esas parejas, de esa iconografía de la salsa es lo que mantuvo en los años setenta a una generación: lo popular como materia del arte y como componente real, no ornamental en sus obras. Además, claro, de algo en que Marípaz no deja de insistir hoy en día: la presencia de lo político. De una suerte de crítica social que apareciera bajo el velamen de la obra misma, y que dijera cosas. "Celebrar la fiesta pero también ver qué había en ella", dice.
La salsa entonces, o mejor, las parejas que bailan y se entrelazan, y se vuelven un mismo cuerpo que danza una misma canción, van configurando algo que Marípaz trabajaría después en series en las que íncluiría a cantantes como Míchael Jackson o julio Iglesias, epítomes de masas. En su caso, ella va aclarando que más allá de representar se trataba de contar una historia. "Toda mi pintura se puede leer como un capítulo de mí vida. Y ahí está, para la muestra, una época llena de color, de calor en donde discutíamos y hacíamos proyectos y dibujábamos y también, claro, bailábamos".
Duró algo más de cuatro años en la ciudad. Y fue construyendo con sus contemporáneos unas telas que quedan como el inicio de algo que Antonio Caballero ha llamado "el disfraz del disfraz". Sus obras como el reflejo de algo planeado, del baile que es escenografía, de la seducción como escenario.
Como en la canción que entonaba La Lupe entonces, el teatro, el " lo tuyo es puro teatro", se convirtió en imagen de una ciudad, de una época, de una fiesta que todavía perdura a pesar de las crisis.Hoy, Marípaz, afianzada después del tiempo, sigue pintando el mismo cuadro con más dureza, "más de frente", y claro, no ha dejado de querer y sentir a Cali como la ciudad de sus amores. Y la salsa, como una de sus pasiones.









17/04/09

Emily Brontë







Emily nació en Thornton en Yorkshire, Inglaterra. Era la quinta de seis hermanos. En 1820 la familia se trasladó a Haworth donde su padre fue nombrado rector.
Su madre murió el 21 de septiembre de 1821 y, en agosto de 1824, Charlotte y Emily fueron enviadas con sus hermanas mayores, Maria y Elizabeth, al colegio de Clergy Daughters, en Cowan Bridge (Lancashire), donde cayeron enfermas de tuberculosis. En este colegio se inspiró Charlotte Brönte para describir el siniestro colegio Lowood que aparece en su novela Jane Eyre. Maria y Elizabeth volvieron enfermas a Haworth y murieron de tuberculosis en 1825. Por este motivo, y por las pésimas condiciones del colegio, la familia sacó a Charlotte y a Emily del internado.
Durante su infancia y tras la muerte de su madre, las tres hermanas Brontë, Charlotte, Anne y Emily, junto a su hermano Branwell, crearon tierras imaginarias (Angria, Gondal y Gaaldine) que aparecían en las historias que escribían.
En 1838, Emily empezó a trabajar como institutriz en Law Hill, cerca de Halifax. Más tarde, junto a su hermana Charlotte, fue alumna de un colegio privado en Bruselas hasta que la muerte de su tía la hizo volver a Inglaterra. Emily se quedó a partir de entonces como administradora de la casa familiar.
Pero la gran preocupación de sus últimos años fue el cuidado de Branwell, que resultó la "oveja negra" de la familia. Fracasado en la pintura, despedido del modesto empleo que había logrado en las oficinas del ferrocarril y expulsado de por último de la escribanía de un tal Mr. Robinson por cortejar a su esposa, Branwell fue realmente la cruz de Emily. La adicción a la bebida que desde hace tiempo venía ya mostrando hubo de extremarse en los últimos años, añadiéndole además la opiomanía. Emily, aunque severa, de temperamento intransigente y poco efusivo, le atendió siempre con una paciencia y una abnegación ejemplares. Permanecía siempre en pie hasta que Branwell, ebrio y desvariando, volvía, lo que ocurría con frecuencia a altas horas de la noche, para ayudarle a acostarse. Parece que muchas páginas de Cumbres borrascosas y algunos de sus poemas fueron escritos durante estas vigilias.
En 1846, Charlotte descubrió por casualidad las poesías que escribía su hermana Emily. Las tres hermanas Brontë decidieron entonces publicar un libro de poesía conjunto. Para evitar los prejuicios sobre las mujeres escritoras, las tres utilizaron seudónimos masculinos (los nombres que usaron fueron Currer Bell, Ellis Bell y Acton Bell). Las poesías de Emily son incomparablemente las mejores del tomo, no cabiendo duda de que es una de las mejores poetisas de Inglaterra. Las de Anne, aunque no de tan alto nivel, son también superiores a las de Charlotte, cuyo talento era esencialmente novelesco. Solo se vendieron dos ejemplares del libro, que pasó inadvertido; pero las Brontë no se desanimaron por ello y decidieron escribir una novela cada una.
En 1847 se publicó Cumbres borrascosas, que se ha convertido en un clásico de la literatura inglesa a pesar de que inicialmente, debido a su innovadora estructura, desconcertó a los críticos.
Al igual que la de sus hermanas, la salud de Emily fue siempre muy delicada. Murió el 19 de diciembre de 1848 de tuberculosis a la temprana edad de 30 años, tras haber contraído un resfriado en septiembre en el funeral de su hermano. Fue enterrada en la iglesia de San Miguel de Todos los Santos en Haworth, West Yorkshire, Inglaterra.
Cumbres borrascosas ha sido llevada varias veces al cine desde la época muda. La adaptación más valorada es la que William Wyler dirigió en 1939 con Laurence Olivier, Merle Oberon y David Niven en los papeles protagonistas. Pese a ser, como todas, una versión parcial de la novela, la cinta consigue no traicionar el espíritu de la historia y resulta dramática, romántica y viva.
Charles Dickens






Las novelas de Dickens sobre la vida contemporánea, como Oliver Twist (1837) o David Copperfield (1849), demuestran una asombrosa habilidad para recrear personajes increíblemente vivos. Sus retratos de los males sociales y su capacidad para la caricatura y el humor le proporcionaron innumerables lectores y el reconocimiento de la crítica como uno de los grandes novelistas de todos los tiempos. Thackeray, por otro lado, pecó menos de sentimentalismo que Dickens y fue capaz de una gran sutileza en la caracterización, como demuestra en La feria de las vanidades (1847-1948).
Johann Wolfgang von Goethe




Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán y una de las figuras señeras de la literatura alemana.
La poesía de Goethe expresa una nueva concepción de las relaciones de la humanidad con la naturaleza, la historia y la sociedad; sus dramas y sus novelas reflejan un profundo conocimiento de la individualidad humana. La importancia de la obra de Goethe puede ser juzgada por la influencia que sus escritos críticos, su amplia correspondencia, su poesía, sus dramas y sus novelas ejercieron sobre los escritores de su época y sobre los movimientos literarios que él inauguró y de los que fue la figura principal. Según el crítico inglés del siglo XIX Matthew Arnold, Goethe debe ser considerado no sólo “el centro indiscutible de la literatura alemana, sino una de las figuras más versátiles de la literatura universal”.