17/04/09


Dostoievski


Dostoievski fue un autor cuya obra discurrió siempre por los terrenos de lo irracional, exploró las profundidades de las experiencias más dispares y encontró sus situaciones dramáticas en los extremos del comportamiento humano, como el asesinato, la rebelión y la blasfemia. En su extraordinaria novela Crimen y castigo (1866) describe a un asesino que comete sus crímenes, movido por una serie de complejos motivos y que, por fin, tras terribles sufrimientos, se reconcilia con un mundo imperfecto. En El idiota (1868-1869), un personaje llamado príncipe Mishkin, que guarda gran semejanza con Jesucristo, se sumerge en la violencia cotidiana de la Rusia de su tiempo y demuestra su completa incapacidad, como hombre y como santo, para resistir a las destructivas pasiones que salen a su encuentro. En Los endemoniados (1871-1872) dirige un feroz ataque contra los distintos grupos y facciones de la órbita radical de su país y, al tratar a su figura central, Stavrogín, supera estas consideraciones para acercarse a los límites extremos del conocimiento humano del bien y el mal, entre otras obras.




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